Muerte y un cigarrillo.
Heme aquí mirando a la muerte de frente, cara a cara, esperando el momento de saltar. – ¿Tienes miedo?- pregunta ella “no es miedo lo que tengo, es curiosidad” pienso; Miedo ¿qué es eso? (“Inquietud y angustia causados por un peligro real o imaginario” dice el diccionario de RAE) hace mucho que no lo siento. Ya ni siquiera puedo recordar las cosquillas en el estomago que causaba ese tal “miedo”. -Entonces ¿qué te hace temblar?- vuelve a resonar la voz de la parca que está a mi lado, repleta de curiosidad (los dos juntos, mirando al vacio ante nuestros pies, un vacio que se acaba en la banqueta que divide la calle.) – Si tan solo supieras- Susurre al fin (más que un susurro, un suspiro). -Bello atardecer ¿no crees? El viejo se lucio al regalárnoslo- afirmo al cabo de unos minutos. –Mejor lugar no pudimos elegir para encontrarnos- rió (con esa típica risa espeluznante que la caracteriza). –Para luego es tarde ¿qué te parece si empezamos? se hace de noche y tengo que atender otras 20 m...