El encendedor
Yo tengo un
encendedor que me recuerda a ti, porque prende una flama leve, casi
imperceptible. Que luego se vuelve gigante y quema. Al principio saca chispas,
y deja salir un poco de gas de vez en cuando. Normalmente hay que intentar una,
o cinco veces para que funcione; Y así la débil flama pueda nutrir el deseo de
un cigarro por envolverse con ella. Este
encendedor, que me recuerda a ti, envuelve al cigarro con una flama débil, lo
tienta. Intenta prenderlo, pero es en vano. Logra hacerlo hasta que después de
unos segundos, que da una llamarada (y ésta dura aproximadamente seis segundos)
y luego regresa a la flama débil y azul que era. Esta llamarada, es tan grande que si no se
sabe manejar bien, puede quemar la mitad del cigarro. Pero por suerte, yo se
como manejarla, y me limito a encender la punta de ese cigarro que compré hace
ocho horas, y que ahora me acompaña mientras veo a la luna y pienso.
Yo tengo un
encendedor que me recuerda a ti. No por
ser encendedor, o por que tenga tu nombre implícito en él. No por que brille
con la luz de la luna ni por que su cuerpo sea esbelto y hermoso. No porque la
flama que tiene pueda quemar, o por que sea frío cuando no esta en mis manos.
Me recuerda
a ti porque últimamente todo me recuerda a ti.
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