Vida
El calor de la vida me llama, y yo corro
a tus brazos, asustado del tumulto de la ciudad que se vuelve silencioso en tu
piel.
Corro, porque mis heridas han logrado
escarbar hasta instalarse en el último pedazo de mi alma. Busco tu luz, que
crecerá hasta cegarme, hasta sesgar y coser todo ese daño. Porque eres tú, tan
tuya como no eres mía.
Y no lo sabes.
Suspiro amor, dentro de tus brazos, para
encontrarme loco, aromado, triste y desamparado. Me acurruco en tu pecho,
porque quiero dormir para soñarte, angelical y santa como eres. Simplemente tu,
llenándome en cada respiro, en cada palabra.
No me entregues a la noche, amor, porque
mi penumbra me invade
Y solo tu luz puede salvarme.
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