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Mostrando entradas de julio, 2010

Espejo Platónico

Ella iba caminando por la calle cuando la vi pasar, como una ilusión, como una bella alucinación que el destino preparo para mí en ese instante; cuando que voltee hacia ese vidrio que reflejaba la parte de afuera del café. Era un lugar pequeño, tenía una fila de espejos que apuntaban a la calle y dejaban ver a cualquier persona que caminara en frente del local antes de que siquiera pasara. Yo tomaba un americano y leía las noticias del día. No decían nada nuevo, nunca lo hacían. “Chica muere asesinada por su Padre” “lesión de un titular que no jugara en el mundial” “Decomisan 300 kilos de marihuana en la frontera”. Siempre lo mismo en los encabezados, pocas veces los periódicos daban datos interesantes que hacían que mi vida saliera de aquella rutina tan monótona a la que estaba sometido. Justo cuando creí que mi vida no podría ir más allá de tomar un café, ir a trabajar, comer y dormir. Ella se cruzo en mi camino. Vi su cara cuando gire la cabeza hacia ese espejo que podía anunciar l

Berserk

Siento la sangre en mi cabeza, mis venas se resaltan y mi cuerpo está elevando su temperatura. Duele, pero más que doler, arde, enloquece, mata y revive para volver al mismo ciclo. Todo se deshace ante mis puños, ¡cielos qué fácil es! ¿Quién imaginaria que un escritorio se puede partir en dos con una simple patada? ¿O que puedes destruir un ropero con tus propias manos? Espera, el espejo se mancho de rojo, ¡Que hermosa escena de la luna roja paralizada en un simple cristal! Como llora con esas lágrimas tan poco comunes, tan vivas, tan escarlatas. Hay manchas por todos lados, siento el corte de los vidrios, pero no duele. Es más mi locura que mi dolor. “regresa, recapacita” dice mi subconsciente, como si lo pudiera escuchar en este momento. He perdido el control sobre mí, y ahora todo se deshace al paso de mis puños con lágrimas de ira. Rio, rio después de ver todo destruido, nuestro amor en pedazos dispersos en el frio suelo. Nuestro primer regalo, nuestra primera carta, el disco