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Hoy

Para mi querida Flaca: Hoy me levanté de mi cama a las 6 de la mañana. A penas y podía abrir los ojos, tenía destellos de sueño pegados en las comisuras de mis párpados. Como siempre, pisé el suelo con mi pie derecho, descalzo. El sabor a hielo de la mañana me hizo temblar durante unos segundos. Después de eso, fui a la cocina y me serví un vaso con agua. Pensé en ti mientras hacía el desayuno. En el trabajo me encontré con María, dice que está bien y preguntó por ti. Le dije que estabas radiante, bellísima. Después de eso no hay mucho que contar, papeleo, comida, pláticas superficiales con mis compañeros y tráfico. Lo de siempre. Después llegué a mi casa y chequé mi celular para ver si habías dejado algún mensaje. Nada. Me senté a ver la televisión, abrí una cerveza y prendí un cigarro. Mientras una película de amor transcurría en la pantalla, volví a pensar en ti, preocupado por si comiste hoy, si te fue bien en el trabajo, si pasaste bien la noche y cuantas veces habías sonreí

Muerte y amor.

Yo no debería de hablar del amor. Yo no debería de saber amar y entregar todo, para que al final se vaya a la chingada. Yo no debería de hacerlo, sin embargo lo hago. Y lo hago con tanto entusiasmo, tanta entrega, como si fuera la primera vez. Y heme aquí, intoxicando de ron, tequila y drogas, recostado en mi cama esperando a que mañana amanezca con alguien que me ame. Aunque sea que no me ame, pero que se quede mas de una noche conmigo. Quitándome el letrero de "Motel de paso" que tengo en la frente.  Eso es lo que busco, mitigar la soledad. Esperar a que alguien me de los buenos días, a que alguien me despierte con un beso, con un desayuno; aunque sea un pan con mantequilla y mermelada, lo que sea. Despertar con alguien que se preocupe por mi. Encontrar a alguien quite esta incansable necesidad de amor que tengo. Pero no pasa, sigo despertando entre colillas de cigarro y nostalgia de alcohol, de fiesta. Despertando después de beber de las piernas de quien ya no está.

Cicatrices y lunares

¿Sabes que es bien pinche difícil? el olvidarte del cuerpo de alguien. El haber recorrido tantas veces su piel con las yemas de tus dedos, el haberte aprendido cada lunar y cada cicatriz que tienen con tus labios. Es estúpidamente imposible olvidar lo que el tacto se aprendió de memoria. tantas pieles, tantas cicatrices, tantas personas que estudie de arriba para abajo, que ahora no se a quién pertenece cada marca en la piel. Todas se encuentran difuminadas en una mezcla homogénea de sexo, amor y nostalgia.  Una cicatriz en la parte baja de la espalda, que lleva la historia de un juego de niños. Una marca de varicela en medio de los senos, un lunar en el cuello, en la pantorrilla, en los labios; los rastros de una operación en el estómago, el relieve de un tatuaje en las costillas. Un arete en el ombligo. Marcas de la vida pasada, que están en todas aquellas personas a las que amé. O quise. o me cogí. Da lo mismo, siempre terminas amando a con quien te revuelcas y viceversa.  Has