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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Desayunando

Una mano masculina se suspendía en el aire del restaurante casi vacío. Tenía dos dedos arriba, en una cuasi satírica comparación con la señal de amor y paz. Si recorrías su brazo con la mirada, hasta llegar al cuello de aquel hombre de barba perfectamente rasurada, podrías notar la calidad de la seda en su ropa. "Garzón" exclamo el hombre, con un movimiento de labios que se asemejaba al de la palabra "amor". La mujer en frente de el lo miraba con disgusto. "Siempre tienes que gritar tan fuerte?" Reprocho ella.   "Si" contesto el hombre, sonriendo mientras mantenía la mano alzada.  Del otro lado del restaurante, la única mujer que atendía las mesas rellenaba la taza de café de un vagabundo, que acudía al restaurante todas las mañanas.  "Garzón"  volvió a gritar el hombre. "Carajo, cuánto tiempo tengo que esperar para que me den algo de comer" agrego. La mujer frente a el, lo seguía mirando con desprecio. "A veces me das as

Instrucciones para mojarse en la lluvia

Encuentrese en un sillón, leyendo un libro de poesía y esperando a que la vida se le vaya entre las letras. Escuche el sutil sonido que hizo la primera gota de lluvia al caer 5 pisos abajo de usted, del otro lado de la calle. Después ponga atención al sonido del frenesí con el que las otras gotas besan el suelo. Inhale imaginando el olor a tierra mojada que hay después de la lluvia.  Deje el libro al lado, asómese por la ventana y vea que la suave brisa del principio, ya no es una suave brisa para nada. La bendición de las nubes ha comenzado a aplaudir sórdidamente contra el suelo. Dese cuenta de que esta es la lluvia que ha estado esperando toda su vida, usted nació para salir a tocarle la espalda a cada gota que caiga. Así qué tome las llaves de su departamento, deje el suéter que para nada le sirve, abra la puerta y salga corriendo. No espere al elevador, así como los amorosos no esperan a la vejez, y baje corriendo 5 pisos. No importa que sus pulmones lo maldigan.  Por ultimo, ante