Ya no.

Un beso en la mejilla para despedir a nuestro amor. Quiero dejar tatuado ese recuerdo de ambos dormidos en el césped en tu mejilla.
Me encanta la manera en la que nos mirabas. En la que nos besabas. Era como sentir el viento tocando tus labios. Te extrañare, lo suficiente para no sufrir por ti. Pues nuestro amor, termina con este saludo.
Ya no te amo. Alguna vez lo hice, si. Unas cuantas veces te lo decía al oído para reconfortarte. Otras simplemente adrede. (Me encantaba ese gesto tuyo cuando lo decía, desearía nunca cambiarlo, pero el corazón siempre se transforma; y nuestro amor, cariño mío, se deformo hace tiempo.)
¿Cómo es posible que no te dieras cuenta antes? Cada que salíamos, cada que tu mano intentaba rozar la mía, cada que tu cabeza en se posaba en mis hombros. Cada uno de esos momentos, mi cuerpo decía “Ya no”. ¡Pero alto!, alarga esto un poco mas, pues mi cuerpo tiene memoria, y sentirá la falta de tu calor en unos días.
Hoy ya no es lo mismo. Ante el cielo que nos alumbra la noche, estoy aquí sentado, viendo un punto ciego en tus ojos, mientras te escucho hablar de cosas que no tienen sentido para mí. Nada lo tiene ya.
¿Es que acaso no lo entiendes? Estas tan enamorada de mí que a veces pienso que me he convertido en tu obsesión. Ya no amor, simplemente ya no cabes aquí.
No pude alcanzar tu cariño. No me arrepiento; pero me encantaría poder hacer un gesto en memoria de este corazón marchito que intentaste sanar. Un beso. ¡No! , ¡Espera!:
El último beso.
Sé que no es posible olvidar de un día a otro (dile eso a mi corazón). Pero espero, que con el tiempo, logres hacerlo. Para así, no tener que recordar este dolor.
Firma. Mi sombra.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Conversación número 20

Pensando en lo mucho que te quiero