Crónica

Miro por la ventana, recordando los sucesos del día, la melancolía por fin llega a mi corazón y me pregunto cómo te encuentras en este momento ¿solo? ¿Abandonado? ¿Con el corazón roto? ¿Engañado? Varias son las posibilidades de que aun estés pensando en mí, pero qué sentido tiene ¿si sabemos que ya no podrá ser lo mismo? Nunca podrá ser, nunca lo será. Me duele verte asi, pero no podía seguir ¿sabes? Es extraño como los humanos somos tan cambiantes. Tan rápido como la vida de una flor puede terminar nuestros sentimientos también pueden cambiar.
Sé que un día te dije que te amaba, pero entiende que solo fueron palabras. Escritas en un papel, sin significado mas allá de sus silabas. Perdóname por darte esperanzas falsas, por romperte esas alas de cristal que en nuestro tiempo cree y que destruí con unas pocas letras –como amigos estamos mejor- dije, y lo dije porque lo sentía, no por alguna otra cosa, no por lastimarte o desilusionarte, tenía el propósito de terminar con tus esperanzas para que no pudiera lastimarte más. Creo que no funcionó.
La voz de la luna no ayuda a mis recuerdos, al contrario, los hace más profundos y un poco más dolorosos, como agujas que golpean mi cuerpo. Con cada segundo que pasa me empiezo a preocupar más por ti, me pregunto cómo lo estaras tomando. ¿Cómo es que pude lastimarte tanto, en tan poco tiempo?. Repasemos el tiempo, la primera semana, los sucesos por orden: era martes, venia saliendo de uno de los edificios de la escuela y ahí estabas tú, parado con un cartel en las manos, sosteniéndolo en alto y con orgullo. No alcanzaba a leer las palabras hasta que me acerque un poco, en ellas decía mi nombre, seguido de un “¿quieres ser mi novia?”. Sorprendida ante el cartel, ante la emoción del momento, ante todos los sucesos en los últimos 3 segundos dude por un instante –No lo sé- pensé en voz alta. Segundos después, inconscientemente, respondí un sí.
A los poco días, me di cuenta que nada en nuestra amistad estaba cambiando, solamente nos abrazábamos mas, tomándonos de las manos y mostrándoles a todos nuestra relación. Después de pensarlo durante dos días, me di cuenta que no sería lo que imaginaba, que podía sentir algo mas por ti si me lo proponía, algo más que amistad, mi mayor error. El viernes termine con tus anhelos, certeramente golpeándote a mano seca, con palabras que salieron de mi boca. Vi tus ojos llorar en silencio y sin lágrimas, y tu boca sonreír (¿por qué sonreías? Me preguntaba. A pesar de que te estoy destrozando ¿tú sigues sonriendo? ¿Acaso eres estúpido?).
Sábado: me entere que estuviste llorando, una amiga me lo dijo. Me sentí mal en el momento, y más porque sabía que hoy iba a ver tu rostro (en una excursión organizada por la escuela, todo el día viendo tu rostro) sólo esperaba no verlo desilusionado. Cuando subimos al camión, Deseaba no verte con mirada triste (cosa que no paso, eres bueno con las mascaras, en realidad bueno…) al contrario, me mirabas como lo hiciste durante el tiempo que duró lo nuestro, me mirabas con amor. Pasó el viaje y platicamos mucho, como si nada hubise pasado, no sabía que seguías destrozado por dentro, incluso pensé que ya lo habías asimilado ”después de todo, no era la primera chica en tu vida” pensé en ese momento; Segundo error.
El martes, después de pasar un rato reflexionando, decidí volver a intentarlo, quería volver a ti para ver si aún podía quererte, si podía lograr sentir algo por ti; otro gran error.

Recuerdo que estabas parado, la luz del sol iluminaba tu piel dándole toques dorados, camine hacia ti y vi tus ojos con señas de asombro. –Regresemos- dije. Tu cara se lleno de felicidad con solo escuchar esa palabra, me cargaste y diste vueltas conmigo, riendo de felicidad. “espero que pueda quererte como es debido” estúpidamente pensé.
Un mes pasó después de eso, fue un mes en el que pase un gran rato contigo; recuerdo nuestro primer beso, un día después de que volvimos a nuestra “relación” (si es que se le puede llamar asi). Sentados en una banca, ahí estábamos los dos, viéndonos el uno al otro y hablando se sandeces y cosas sin sentido, de pronto sentí como el tiempo se congelaba y tu mirabas a mi rostro. Yo intente apartar mis ojos de ti, pero había algo que no me dejaba, algo invisible que me mantenía atada a tu cara, a tus ojos, a tus labios. Cerré los párpados, esperando por el tan ansiado beso, poco a poco nos fuimos acercando el uno al otro. Sentí como tus labios rosaron los míos suavemente, como si el viento fuera el que me estaba besando. No paso mucho para que me imaginara sintiendo un vacio en el estomago… nada paso, no sentí nada, absolutamente nada. Por la forma en la que reaccionaste después, supuse que tu sí.
Un mes, tu regalo me recordó cuanto me amabas, y me hizo sentir insegura sobre lo que en verdad sentía, yo te regale un dibujo que hice, junto con una frase que no debí haber escrito (una de las pocas cosas que me arrepiento de haber hecho).
Una semana de reflexión pasó, viernes (otra vez). Te encontrabas sentado en una banca, horas antes me habías preguntado que me pasaba, ya que notabas algo “raro” en mi mirada, esperaba que no lo sospecharas, pero soy demasiado mala para mentir. En la banca me esperaste, me recibiste con un cálido beso (nada, de nuevo) y me envolviste en tus brazos, tan fuertes, tan cobijadores como lo eran siempre, yo pensaba miles de cosas. Asi que decidí cerrar los ojos y ladear mi cabeza, para obsequiarte otro beso, éste sería el último. Después de eso, me encontré hablando por mí misma, creía que solo estaba pensando, pero tus ojos repletos de tristeza me mostraban lo contrario (odie ver tus ojos así, y más me odie a mi misma por hacerlos ver de esa manera). Termine de hablar y respondiste con una sonrisa (¿por qué siempre tienes que sonreír? ¿Te estoy destrozando y aun asi sonríes? ¿Qué pasa contigo? Estoy viendo tus ojos llorar en seco, veo tu mirada de dolor y tristeza, escucho tu corazón entrecortado y aun asi tu voz y tu boca siguen iguales, sonriendo como siempre. ¿Por qué lo haces? ,¿Cómo lo haces?). Di media vuelta y te deje, solo, parado junto a esa banca, abandonado, sin esperanzas y con una sonrisa de tristeza dibujada en tu rostro.
Meses pasaron para volver a vernos, no sabía de ti más que por lo que publicabas en las redes sociales, la mayoría de las cosas que escribías era de dolor, me lastimaban, me hacían sentir mal, pero no tenía otra opción que seguir con mi vida; no podía preocuparme por ti cuando tenía asuntos más importantes que atender.
Nos volvimos a ver, te vi bien (relativamente) no tan feliz como siempre, pero bien. Creo que estas sobrellevando esto con madurez, solo espero que podamos volver a ser “amigos” (si es que alguna vez lo fuimos).
En los siguientes días, me acostumbre a verte diario (asi iba a ser durante los siguientes 4 meses, asi que tenía que familiarizarme con esa idea) creo que el verte me hizo recordar, y el verme te hizo mal. No entiendo porque estas asi, pensé que ya habías pasado por mí, que ya me habías superado; Otro error. No estabas bien, aunque aparentabas cuando estabas cerca de mí, te sentía ausente, ido, desconectado de la realidad. Sabía que no estabas bien, varios de tus amigos lo mencionaron.
Unas pocas semanas pasaron para que lograras desesperarme, ya no sabía qué hacer para que estuvieras bien, y lo peor es que sabía que yo era la causa de tu “enfermedad”. Dos veces volvimos a hablar, a dirigirnos la palabra, palabras que van más allá de un hola y un adiós. En la primera demostraste madurez, temblabas de nervios, pero aun asi me afrontaste y decidiste escuchar lo que tenía que decirte (y lo resististe ¿cómo fue posible?). Golpearte totalmente y darte “el tiro de gracia” fue lo único que hice esa vez que hablamos. – solo amigos, ya dije- esas fueron mis palabras.
La segunda vez, me dijiste que me amabas (como si no lo supiera ya) y me abrazaste, me sentí incomoda ante tus brazos, cálidos como siempre, y te quite con suavidad, me encontré con tu cara de sorpresa y decepción y me dijiste adiós, te diste media vuelta y te marchaste.
Un tiempo pasó, no me hablabas, me evitabas y apenas me dirigías la mirada (y la palabra). Fuera de un hola y un adiós, mi contacto contigo era casi nulo. Llego un día (viernes para variar) yo iba camino a mi casa, cuando escuche unos cuantos pasos atrás de mi, se escuchaban cada vez más cerca, parecían correr, escuchaba una respiración agitada, entonces voltee y ahí estabas, con un gran regalo entre brazos, me lo entragaste y me dijiste – ten, quiero que lo tengas- me diste un beso en la mejilla y te fuiste. Tardé en reaccionar un poco, no sabía bien si había pasado en realidad, me di cuenta ya hasta que volví a sentir el papel del regalo entre mis brazos, el olor a pegamento líquido todavía impregnaba la envoltura. Al llegar a mi casa, lo abrí, era un calendario (oficial) de una de mis bandas favoritas y el disco recién estrenado de otra (también de mis favoritas). Confundida me quede, después de tu ausencia que un día llegues y me des dos regalos asi de golpe, créeme que no lo podía entender. Decidí hablar contigo, una tercera y última vez.
“no tenias que hacerlo” empezó la conversación, a lo que respondiste “no tenia, pero quería” ¿cuánto más tiempo puedes aparentar que estas bien? me pregunto yo. Decidí que fuéramos amigos, esa es mi decisión y nada me hará cambiarla. Te pregunte si podíamos serlo y dijiste que si (que asombrosa capacidad tienes para mentir).
Hace dos semanas de eso, y ahora no sé cómo reaccionar. Los recuerdos de mi mente se concentran en tu estado, no entiendo porque sigues asi. Supongo que fue lo mejor, el romperte las alas antes de que crecieran, ahora me siento culpable por cambiarte. Ya no eres el mismo desde que paso todo esto, te recuerdo hace tiempo, reías de la vida, saltabas y hacías bromas por doquier, no parabas de sonreír, a mi lado se podría decir que eras feliz. Ahora no te reconozco ¿Donde están esos ojos llenos de alegría que meses antes me mostrabas? ¿Dónde quedaron? Parece que hubieran sido robados y reemplazados por otros, sin felicidad, sin iluminación, sin sentimientos y solo indiferencia. Sonríes, sí, pero es una sonrisa falsa ¿acaso no entiendes que puedo ver a través de tu mascara?
Ahora te evito, para ahorrarme el dolor de recordar que fui yo quien cambio esos ojos tan llenos de alegría, quien los remplazo con tristeza que ahora los abarca por completo, te evito para no hacerme sentir mal (que egoísta de mi parte, y que contradictorio. Recuerdo que fui yo quien te pidió que volviéramos a ser amigos ¿no?).
Te evito, para evitarme, para que no me duela el saberlo, para que no puedas sufrir más por mí causa.
Te evito porque aún te quiero.

Comentarios

  1. y ya puedo llorar? Esta muy fuerte me gusto, fue así como ponerse en otro papel, es fuerte, ahora entiendo muchas cosas, yo no te veo del diario y para mi sigues siendo el mismo. Sabes? te entiendo, ay veces que ya no aguanto y lo suelto porque la cúpula se llena es como un vaso de agua que se va llenando poco a poco y así parece esto. Sabes guardar lo que sientes; pero no siempre lo harás. Te amo mostro y hey! Ya sabes que estaré contigo en buenas y malas sin importar nada.

    ResponderEliminar
  2. Que onda hermano?
    Valla cronica, te luciste jajaja.
    Lo ves si eres bueno para escribir, yo pierdo mi toque sabes? xD jajaja.
    Grax por tu comment, ahora subire algo nuevo que escribi haber que tal pega eh.
    Me gusto mucho tu cronica, buen escrito :D
    Nos vemos pronto y te espero por el mio, ya lo mejore....creo xD

    ResponderEliminar
  3. y ahora caigo en una penetrante niebla de suposiciones que me deja ciega,sin poder ver la realidad,veo la vida borrosa,sin sentido...trato de levantarme y seguir adelante,pero hay una fuerza que no me deja hacerlo,el mirar hacia atras me es facil,pero a la vez doloroso U_U muy padre primo te quiero demasiado

    ResponderEliminar
  4. yaaaaaaaaaaaa pudeeeeee!
    no ma como 4 horas tratando de ponerte mi comment!
    ya hasta se me fué la inspiración de lo que te iba a escribir, pero un pequeño resumen es que es hermoso
    enserio eres una fuente de inspiracion rocardoarturopancheraultiranioaguilarcortes :D
    te amo pequeñoo =)

    ResponderEliminar
  5. Tu mente no podría ir más lejos
    no podría acomodar todas esas letras,
    todas esas respuestas, todas contestadas pero nunca creidas.
    A veces las cosas son lo que son, sin más
    sin universos paralelos, sin realidades desconocidas.
    Te ayudamos, te decimos, te apoyamos, estamos aquí.
    Aquí contigo ahora y siempre.

    ResponderEliminar
  6. no lo puedo creer.....
    eres tu... simplemente asi-----
    tu....
    y no lo pude adivinar antes...
    caraiii.....
    eres tan bueno... tan lindo-----
    te amo Ricky mouse....

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Conversación número 20

Pensando en lo mucho que te quiero