Dolor
Y es asi como nos fuimos comiendo a la noche, hora tras hora. Saboreando cada minuto que pasaba a tu lado, esperando, anhelando, bebiéndote a bocanadas y respirándote a litros. Desnudos de pies a cabeza mirándonos las caras.
Las horas pasaron y las sábanas retorcidas a mis pies daban evidencias de nuestra locura, mi locura. Juguete del insomnio caí preso ante tus garras, tus hermosas y afiladas zarpas que arrancan el sueño en mí y me invitan a formar parte de tu juego, nuestro juego de todas las noches. ¿Es acaso que eres insaciable? Me pregunto cuándo tus suaves dedos de agua salada recorren mis mejillas, bajan por mi nariz y besan mis labios, dejando en ellos cristales que los humectan, que les dan toques color plata cuando la luz de luna se digna a iluminarlos.
De nuevo me encuentro acostado aquí, repleto de rasguños leves causados por tu rose de cada noche. Te veo entrar por la ventana de mi cuarto acompañada de los susurros plateados de la luna, blanquecinos como lo sería tu piel si la tuvieras.
-Ya te habías tardado ¿a dónde fuiste?- pregunté en dirección a tu invisible silueta dibujada en las sombras de mi pared – Te eche de menos durante el día-.
Y asi empieza el mismo ritual de todas las noches, donde el desvelo juguetea con mis ojos, donde tu gélida presencia me acurruca en sus cálidos abrazos. La misma rutina de todas las noches donde te das a conocer tal y como eres, sin mascaras ni vestidos, sin ropa alguna que proteja tu incomprendida belleza.
Las horas pasaron y las sábanas retorcidas a mis pies daban evidencias de nuestra locura, mi locura. Juguete del insomnio caí preso ante tus garras, tus hermosas y afiladas zarpas que arrancan el sueño en mí y me invitan a formar parte de tu juego, nuestro juego de todas las noches. ¿Es acaso que eres insaciable? Me pregunto cuándo tus suaves dedos de agua salada recorren mis mejillas, bajan por mi nariz y besan mis labios, dejando en ellos cristales que los humectan, que les dan toques color plata cuando la luz de luna se digna a iluminarlos.
De nuevo me encuentro acostado aquí, repleto de rasguños leves causados por tu rose de cada noche. Te veo entrar por la ventana de mi cuarto acompañada de los susurros plateados de la luna, blanquecinos como lo sería tu piel si la tuvieras.
-Ya te habías tardado ¿a dónde fuiste?- pregunté en dirección a tu invisible silueta dibujada en las sombras de mi pared – Te eche de menos durante el día-.
Y asi empieza el mismo ritual de todas las noches, donde el desvelo juguetea con mis ojos, donde tu gélida presencia me acurruca en sus cálidos abrazos. La misma rutina de todas las noches donde te das a conocer tal y como eres, sin mascaras ni vestidos, sin ropa alguna que proteja tu incomprendida belleza.
Magnifico hermano¡¡
ResponderEliminarMuy buen escrito, espero sigas mejor.
Te note decaido, pero ya sabes que no pregunto mucho.
Hay que acostumbrarse, asi es la vida y sobre todo asi es el amor.
Como siempre digo, el amor es el arma perfecta puede dar vida y muerte a la vez.
Pero recuerda que la vida es un amplio mar y no te conformes con un atun ^_0
Nos vemos hermano¡¡ Te espero por el mio hoy toca poema nuevo, y para estas situaciones no queda mas que escuchar musica y te recomiendo la que he estado escuchando ultimamente
What have you done? - Within temptation.
nomameeeees está hermoso, asi me gustó un buen y y mis respetos
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