Monólogo de un loco.

No entiendo, no recuerdo, no muero pero tampoco sobrevivo. ¿Acaso respiro solamente aire imaginario? Parece tan cierto, tan vivo, tan elemental, en verdad pareciera que no es irreal; Nostalgia, pero ¿de qué será? Acaso no puedo ya ni siquiera mis ojos cerrar ¿tan bajo he caído que ahora bailo tangos con el insomnio? ¿Es que mi mente se ha familiarizado tanto con el dolor que ahora no puedo sentirlo? Creo que me he acostumbrado a él, a despertar, comer y dormir con él: todos los días siempre gritando con su elocuente voz. Que justo ahora parece tan hermosa, tan silenciosa, tan ensordecedora; y que en un momento de suspiro puede callar para dejar el aire salir de mi boca (¿tu boca? En verdad ya no importa, me da igual).
Suspiro, con uno solo de ellos basta para acabar con un sueño, un deseo y una vida, los tres al mismo tiempo; un golpe certero de una guillotina impasible, invisible, insaciable.

Date cuenta de que ya no estoy (¿o estás? No lo sé, no importa ya) mis palabras, en vano vienen y van, contra el techo se estrellan, toquetean a ciegas un rato y se desvanecen en el mismo aire que era tuyo (¿o mío? ya no tiene caso, no importa). Suave es la sinfonía que tocan las plumas en mi almohada, incitándome, obligándome a presionar mí mejilla contra esa tela llena de sueños cristalizados sabor a sal. Para poder escuchar mejor la melodía que tocan, para que me canten al oído canciones de cuna, que todas formas voy a olvidar cuando despierte.
Falta, falta algo (¿faltas tú? O ¿falto yo?) No sé bien con certeza que es. Nunca supe nada certero, hasta hoy que en mi delirio me di cuenta que lo que falta ahora, en este momento (justo aquí, a mi lado, acurrucado en mis brazos ¿o mi pecho? No lo sé, no importa ya…) es tu esencia. ( ¡No, no, no! esperen. ¡Estoy mintiendo!) Lo único que falta aquí: eres tú.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Conversación número 20

Pensando en lo mucho que te quiero