Sangre en mis cutículas


Te extraño.
Mas que al aire que respiro, que solo es humo de cigarro. Mas que a la vida de la gente que muere con cada segundo de esta letra. Mas que a mi nacimiento y que a la comida (que no tiene sabor, insípida, igual. Comida que ya no como, prefiero que mis vísceras se devoren a si mismas antes de volver a probar otra cosa que no sean tus labios)
Y vaya que extraño la comida. Pero no se puede extrañar nada más que no sea la vida, y mi vida está contigo. En tu almohada, en tus dedos, en las ultimas caricias que me diste. En la mirada perdida que expresaste cuando te mentí, te mentí para que no te preocuparas, para que pensaras que estoy bien.
No lo estoy, no ahora. No se puede vivir con el alma colgando entre los dedos de los pies, que con cada paso que doy sin ti, se destroza, se desgasta y se duele. Se duele por ser ella, y por no tenerte a su lado.
Por eso escribiré, este es mi desahogo. Escribiré hasta que mis dedos sangren, hasta que el dolor sea más que el dolor de extrañarte. Escribiré hasta pintar mi libreta de rojo, hasta que mis dedos olviden tu tacto. Que está impregnado en mi médula.  
Por eso ahora escribo, y seguiré haciéndolo. Palabras de amor, de dolor, de locura y de insomnio. (ah si, porque te has llevado mi sueño. No te pido que lo regreses, solo quiero que compartas un poco conmigo, porque verás, me hace falta salir un poco de la realidad que tengo ahora, y soñando es la mejor manera. Claro, siempre y cuando no quieras aparecer en mis sueños) –para que me preguntas si te amo, si sabes que arrancaría las estrellas del cielo por ti –
Se siente estúpido llevar ropa, pues no hay manera de que algo me cobije ahora. Estoy indefenso, como el día en que nací, solo que esta vez, en vez de estar indefenso ante tu sonrisa, estoy indefenso sin ella.
¿De donde saco las fuerzas para seguir adelante? Dentro de mi no hay nada más que intestinos, sangre y vacío, mucho vacío.  No sé seguir adelante;
                No sé como dejar de extrañarte.
(Ni como dejar de amarte)
Vuelve, simplemente, vuelve. No me dejes tirado.
                Bien sabes que no puedo vivir sin tus ojos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Conversación número 20

Pensando en lo mucho que te quiero