No tan loco como crees.

¿Que por qué mato? Simple: por placer.

No necesito una razón, vivo para ver la sangre corriendo entre mis manos. El dulce grito de dolor que las personas sienten al caer ante mi encantadora obsesión, al ver cómo me empapo de su vida. Es hermoso, sublime. Un dulce espectáculo del cual nadie sale vivo. Ni siquiera tú.

Justo esa desesperación que sienten las personas, el miedo en sus ojos. Sangre en las paredes¡Por eso vivo!.¡Oh, pero qué hermoso color que teñía las paredes de esa vieja cabaña! Tú me lo recuerdas. ¿Por qué no ríes? ¿A caso no es divertido? Te contaré.

Fue un frio invierno. Yo era callado y dulce. Siempre sumiso. Mis amigos se aprovechaban de mí, ¡Esos bastardos! Siempre pidiéndome dinero, que les hiciera la tarea. ¿Qué más podía hacer? ¿Renegarles? Por supuesto que no, eran mis amigos.
El punto es que era fin de año. Una cabaña y ellos ahí, borrachos. Con lo tanto que odio el alcohol. Yo miraba desde un sillón. Lejos, lejos de lo que ellos hacían, yo tenía un enorme odio hacia todos. Todos eran viles y horribles seres. Se basaban en sexo y en deseos estúpidos creados por las hormonas de su cuerpo joven. Yo observaba, no me unía. Tal exposición de carne me daba asco, me repugnaba ver a mis mejores amigas abriendo de par en par las piernas para ser ultrajadas por las sucias bocas de los embriagados neandertales.

Callado, subí a mi cuarto. Intenté cerrar los ojos pero el gemido incontrolable de los idiotas me quietaba el sueño. Entonces ella entró a mi cuarto. Bajo el efecto del alcohol y llevada por la excitación, se arrojó sobre mí. Traté de quitarla pero mis intentos eran inútiles. Ella desnuda, yo intentando dormir. Sus labios inútiles se querían acercar a los míos, tiraba de mi camisa como preso buscando salida. La aventé al suelo. Ella me miraba con miedo y deseo al mismo tiempo. Gritaba mi nombre la muy estúpida. Yo quería que se callara, así que le tape la boca. Sentía sus golpes, pues también le estaba tapando la nariz. No quería soltarla, pronto estaría tranquila. Dejo de patalear. No respiraba. Todo era tan tranquilo ahora. La subí a la cama para aparentar que estaba dormida, la tape con las cobijas y me fui del cuarto. Llego la madrugada, y yo seguía inundado de adrenalina, deambulando por los pasillos de la casa. Acababa de matar a alguien y no me sentía mal. Estaba… ¿como diría alguien normal? Excitado. No podía controlarme. Entré a otro de los cuartos. Estaban ahí dos personas. No las alcancé a distinguir pues era de noche; cuando me di cuenta quienes eran ya habia cortado su garganta con mi navaja de bolsillo. Sentía como cada una de las células de mi cuerpo me decía que matara, cada vez más y mas. Era hermosa la sensación de la sangre todavía caliente corriendo por mis manos. Las expresiones de horror de cada uno de esos “amigos” eran cada vez más sorprendentes. Me sentía vivo. Era más feliz que nunca. Reía. Nunca antes lo hice. Nunca antes, hasta ese momento. Fueron en total 8 las personas esa noche. Todavía lo recuerdo y se me eriza la piel de solo reconstruir la escena. La luna iluminando la sangre. Todo era perfecto.

Bueno, debes de pensar que soy un monstruo ¿no? “Yo no te hice nada… porque me tratas así... libérame, por favor… te lo ruego… estás loco… te daré todo mi dinero” Eso es lo que dicen normalmente, que dices tú, ¿mi amor? Siente el filo del cuchillo recorrer tu piel. ¿No es acaso hermoso como algo tan fatal puede pasar por tus brazos, por tu cara y por tus labios sin lastimarte? Me gusta jugar con todos los que mato. Es muy divertido ver cuántas excusas puede decir una persona al borde de la muerte, cuanto puede ofrecer, cuanto puede insultar. ¿Matar rápido? Eso a mí no se me da. Es mejor disfrutarlo. Lento. Doloroso. Tienes que saber: no me importa ni el dinero, ni los bienes. No distingo entre nadie. Hombres, mujeres, blancos, negros, asiáticos. Todos son iguales, todos gritan igual. Todos ofrecen lo mismo.

¿Sabes por qué no mato niños? Porque ellos aún tienen esa inocencia que la raza humana necesita. Ellos todavía pueden imaginar y crear historias con sus manos. Amo a los niños, por eso no los mato. Son… ángeles.

Ah, ¿te sientes cómoda ahora? Ya afloje un poco las amarras. ¡Pero qué descuidado soy, no te he ofrecido ni un vaso con agua! ¿Quieres agua? No te preocupes, no tiene nada. No sería divertido si tuviera algo. ¿No? Está bien... ¿Asesino? No me digas así por favor. No me gusta ser catalogado tan bajo. Me gusta más cuando me dicen psicópata, loco o enfermo. Si quieren catalogarme, me encantaría que fuera así.

Ah, ¿no vas a gritar? Te apuesto a que sí. Vas a ver cómo te va a encantar esto del dolor. No, no tengo nada en contra de ti, Por si lo preguntas. El problema fue que caíste en mis manos. Ese pequeño hecho es el que te ha arrastrado hasta aquí. Mira, ya estas gritando y ni siquiera ha salido ni una gota. El terror psicológico es peor que el dolor, ¿verdad?

Ah bueno, tengo un poco de sueño. ¿Te parece si terminamos? Eres muy hermosa, de hecho una de las más bellas que ha pasado por mis manos. ¿Qué cuantos llevo? No lo sé, nunca los cuento. Solo mato. A veces pienso que soy un mensajero de la muerte. Otras que soy un simple humano con gustos diferentes. Si, así como a ti te divierte la tele, a mi me divierte matar. Es más o menos lo mismo ¿qué no?

Bueno, ha sido un placer conocerta. Te enterraré en medio del bosque ¿te parece bien? por eso mismo no me gusta recordar nombres, luego tengo que grabarlos cerca de las tumbas para que ningún demonio se lleve los cuerpos. Eso es problemático.

¿Se te acabaron las energías? ¿ya tan rápido? seguramente estarás pensando algo como “Por favor, ya, te daré lo que quieras, no me mates”. Lo siento, pero no soy de esos idiotas compasivos que se detienen por mujeres. No me gusta hacer excepciones. Nunca las he hecho y tú no serás la primera. ¿Por qué lo hago? ¿Que no fue lo primero que te dije al conocernos? “Estoy loco” Bajo advertencia no hay engaño amor. Pero mira el lado bueno, según la iglesia, me llevaré tus pecados. Así que no tienes que preocuparte por irte a ese infierno que tanto temias.

Por cierto, feliz aniversario.

Debiste haberme dicho que tu sangre era así de roja, así de cálida y así de dulce. Si tan solo pudieras ver tu cara, está más hermosa que nunca.

Cierra los ojos, es hora de dormir. Descansa.

Comentarios

  1. ¿Qué te digo? No quiero ser ese amor... de eso estoy segura, como te lo comente no había leído esta faceta tuya de asesino, he conocido a ¡un nuevo Richo!
    Te amo y me quiero quedar con el Richo que conozco, dulce, tierno y amoroso :)
    RAWWWWR!!!

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  2. ME ENCANTÓ ESTA NOTA!
    SIMPLEMENETE LA AMÉ!!!!!! ¿ME LA PRESTARÁS UN DIA DE ESTOS PARA MONOLOGUEAR? HAHA
    =D
    ATTE KBYO

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